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En Olague estuvo muy a gusto con críos de 6 a 11 años. Después, pasaban a estudiar a Villava. A pesar de que tenía casa a su disposición, iba y venía todos los días al pueblo porque ya tenía carnet de conducir desde que estudiaba magisterio. Su plaza era provisional y ellos podían pedir destinos. Pidió Aoiz y al siguiente curso se lo dieron. Estuvo tres años en Aoiz pero cuando dieron las plazas definitivas no se la dieron, comenta ella que porque las daban los concejales y los enchufes estaban a la orden del día. De ahí pasó un año a Santesteban, en donde también iba y venía todos los días, a pesar de tener que atravesar Belate en invierno. Cuenta que se juntaban cuatro profesores que iban para allá todos los días y lo pasaban muy bien. De ahí fue a parar a Mutilva Baja y al año, le dieron la plaza definitiva allí. Comenta que tuvo que ir de concejal en concejal haciendo campaña.